1. La falta de claridad en el rumbo de las ideas

Es común observar en el mundo laboral, a ejecutivos y profesionales que ocupan cargos importantes, no tener claridad en sus ideas, esta falta de claridad, se observa en la fijación de sus objetivos, en sus acciones, posturas y decisiones que toman. Tener claridad de ideas implica ser coherente con los objetivos, recursos, capacidades y restricciones que tiene la persona para hacer realidad lo que desea lograr. Muy a menudo, la gente tiende a subestimar esto y lo que consiguen es la frustración, falta de cooperación, proyectos paralizados, inversiones sin retorno, frecuentes cuestionamientos que terminan estresando hasta el ejecutivo más capaz.

2. Los conflictos personales

Tener estabilidad emocional y seguridad personal es clave para poder desempeñarse en la vida con éxito en cualquier actividad. No tener dominio de las emociones o ser muy dócil (no saber decir no, cuando hay que decirlo) son los embriones del conflicto personal, en nuestras relaciones laborales cotidianas y personales, si no se logran perfeccionar estos aspectos, tarde o temprano, terminan perjudicando, ya sea tensando la relación con sus jefes o compañeros de trabajo o tensando la relación con su familia.

En la práctica, no todos los ejecutivos logran tener un buen “life balance” (trabajo y hogar), hay algunos que son más organizados y tienen un mejor dominio de sus emociones, así como hay otros que son menos organizados y temperamentales (o una combinación de ambos).
El tema central, es que no es una buena práctica lidiar entre el interés organizacional y el interés personal, sino entender que estos aspectos de la vida son complementarios y es conveniente asimilarlo y obtener un buen balance en su vida laboral y personal.

3. La aversión al riesgo

Nuestras vivencias pasadas, dejan huellas en nuestras mentes, ya se favoreciéndolas o perjudicándolas, si nuestras vivencias nos alentaron a la acción, a asumir responsabilidad, a perseverar, no es de extrañar que la persona vea con actitud favorable el riesgo, pero si por el contrario, a la persona no le dejaron accionar, siempre fue auxiliado ante un error, y no confiar en sus capacidades, es normal que tenga una aversión al riesgo.

Los ejecutivos viven en un entorno en el que constantemente tienen que tomar decisiones y ello implica asumir riesgos, por tanto, si a la persona le cuesta tomar decisiones, porque siempre quiere ver aminorado el riesgo, en otras palabras, tiene una aversión al riesgo, es allí cuando el coach puede ayudarlo a tener mayor confianza en sus decisiones, enfrentar los miedos a sus decisiones y a generar confianza en otros.

4. La procastinación

Dejar las cosas para otro día es un hábito que caracteriza a muchas personas, si bien hay situaciones donde se amerita mostrar prudencia en los actos y ser paciente, esta no debe llevar a procastinar, aplazando las cosas, renunciado a la acción y poniendo excusas a todo.

En tales circunstancias es importante hacer una reflexión sobre el uso eficaz del tiempo, la gente tiende a ser menor productiva cuando esta más cargada de asuntos urgentes que resolver que no presta atención a las cosas importantes, como resultado, se pasa todo el tiempo atendiendo las cosas urgentes y terminan más tensos insoportables y enfermos afectando a la organización y su familia.

5. Poca efectividad en la resolución de problemas

Resolver problemas, implica tener amplitud para analizar un problema desde otra perspectiva, tener capacidad de escucha activa y de prospección de ideas para hallar soluciones, no basta con mostrar entusiasmo, sino requiere de cierta madurez y una elevada conciencia autocrítica para cuestionar sus decisiones y actos e inclusive el “éxito” del pasado, lo cual implica muchas veces dejar el ego en la puerta.

Los ejecutivos inteligentes resuelven problemas, los ejecutivos novatos ocasionan los problemas y los ejecutivos brillantes, previenen los problemas, con eso se evitan ser bomberos; “apagar fuegos” a cada rato. El mundo laboral está lleno de ejecutivos “apaga fuegos”, el problema mayor ocurre cuando creen que la función del ejecutivo es todo el día tomar decisiones. Los ejecutivos peruanos necesitan hacer una reflexión constructiva sobre sus capacidades para resolver problemas.

6. El derroche de recursos

El derroche de recursos se produce principalmente en el uso del dinero y la gestión del tiempo personal, la mayoría de los ejecutivos tienden a tener un mayor control de su carrera y negocios; pero no son tan efectivos en el control de sus finanzas personales y vida familiar.

Los ejecutivos sensatos buscan ayuda profesional para reflexionar sobre sus talentos y capacidades, descubrir por ellos mismos, sus potencialidades ocultas para aprovecharlos mejor en su vida personal y laboral, dejarse llevar por el presente es el principio de un camino de sepultura para un ejecutivo, que derrocha sus
recursos sin proyectarse en el tiempo.

7. La falta de autocrítica personal

El ego es la principal causa por la que muchos ejecutivos no logran culminar una carrera en forma exitosa y también la causa de porque no logran adaptarse a nuevas situaciones, muchos problemas del liderazgo en los ejecutivos se originan del ego.

Al ejecutivo promedio le cuesta asumir una autocrítica personal, a veces aceptan las cosas por puro formalismo; pero no desde adentro con una reflexión seria y profunda, estos problemas se advierten principalmente en su rol de liderazgo, las relaciones de poder, donde la falta de autocrítica frena su crecimiento personal
y su contribución personal.

En todos estos casos, un ejecutivo puede recurrir a un coach ejecutivo para ayudarlo a reflexionar sobre sus capacidades y habilidades ocultas para encarar de otra manera su relación con él mismo y con las personas.